Tienes una gran idea, tienes tu laptop (o máquina de escribir, o papel y lápiz, o piedra y cincel), tu café negro y un disco de Radiohead sonando… Pero aun así no logras escribir la primera frase.
Al crear contenido para un blog, es frecuente encontrarnos bloqueados, buscando la mejor manera de cautivar a nuestra audiencia y desechando mil y una ideas. Y si bien cada cabeza es un mundo y no todos los lectores reaccionarán igual, hay ciertos trucos para mejorar la calidad de nuestros posts, y llegar de forma más eficiente a nuestro público.
Ten en cuenta estos consejos la próxima vez que redactes, y verás que la escritura se convierte en un proceso mucho más fácil.
1. Lo primero es el esqueleto
Como era de suponer, uno de los secretos para escribir mejores posts comienza antes de escribir. Para engrasar toda la maquinaria y comenzar con buen pie, lo ideal es definir una estructura o un esqueleto básico de nuestro post. Esto puede generarse en torno a la idea principal que queremos transmitir, o empleando fórmulas populares.
También se recomienda dedicar el tiempo necesario a investigar y verificar hechos, para tener todo el material que haga falta antes de escribir, y así no detenernos en mitad de un párrafo para comprobar datos.
Tener una idea previa de lo que queremos escribir, y una ruta definida para hacerlo, facilita enormemente el proceso de creación y nos da claridad para expresarnos de forma más rápida y de mayor calidad. ¡Todo es ganancia!
2. Usa fórmulas de éxito comprobado
Antes de dejarte intimidar por la página en blanco, y no saber ordenar el torrente de ideas que tienes, puedes beneficiarte de fórmulas básicas que funcionan (casi) siempre. Por ejemplo, a todos nos gusta leer listas breves y útiles… y quizás por esto redactamos el post de esta forma.
Lo importante es saber diferenciar entre inspiración y vulgar copia. Si bien puedes nutrirte de otros contenidos y emplearlos para ti, siempre debes darle un giro único a lo que estás escribiendo, evitando lugares comunes o expresiones machacadas que cansen al lector, o peor aún, recalentando contenidos de otro autor.
3. Atrae desde el comienzo, y no los sueltes
La atención de los lectores cada vez es más volátil, por lo que necesitarás engancharlos desde el momento en que posan los ojos sobre tu post. Para lograr esto, lo mejor es dar un golpe sobre la mesa bien sea con el titular o con las primeras líneas. Eso sí, sin recurrir a esas prácticas nefastas como “5 imágenes que cambiarán lo que piensas sobre África, ¡no creerás la segunda!”. Sé atractivo, sin perder el buen gusto.
Algunas ideas para cumplir exitosamente con este “gancho” es comenzar, por ejemplo, con una cita textual de una personalidad reconocida. También puedes contar una anécdota personal que se relacione con el tema, o si eres fan de los datos, comenzar por estadísticas que consideres impresionantes. Lo importante es que tu lector quiera leer la siguiente oración, y la siguiente, y la siguiente…
4. Deja el principio para el final
A veces escribir la introducción de la nota puede ser el trabajo más difícil, y tiene sentido: es complicado describir lo que viene a continuación, cuando aún no lo has escrito. Por este motivo es preferible dejar la introducción para la parte final de creación, cuando ya el post esté completamente armado y solo falte pulir algunos detalles.
Realizar la introducción cuando el resto del trabajo está listo no solo permite sintetizar de forma óptima el contenido de la entrada en los primeros párrafos, si no que te “libra” de esa tarea al comenzar a escribir, permitiéndote centrarte en el verdadero núcleo del material.
5. Escribe (siempre que puedas) sobre lo que a ti te gusta
Flash informativo: tus lectores notan cuando escribes de temas que no te agradan. A menos que seas un escritor extremadamente profesional y habilidoso, lo mejor es trabajar con temas que conozcamos y además disfrutemos, sobre todo cuando nuestro blog está en fase de despegue y queremos atraer a la mayor cantidad de visitantes.
Escribir sobre la base de lo conocido nos da la posibilidad de fluir mejor, ya que se domina más el contenido y no necesitaremos tantas labores de investigación. Y además, es más fácil transmitir a los lectores las emociones que nosotros mismos experimentamos: si escribimos sobre algo que nos hace muy feliz, nuestras palabras tendrán ese tono. Si hablamos de algo que nos parece triste, habrá melancolía en el texto, etc.
6. Menos es más
Quizás suene a cliché, pero es uno de los trucos más sencillos y prácticos que se le puede dar a un blogger. No hay necesidad de atiborrar la entrada de palabras, no vale la pena redactar mil y un párrafos cargados de palabras. Lo único que importa es transmitir nuestras ideas o conocimientos.
Esfuérzate por limitar las oraciones y los párrafos a extensiones cortas, procurando que cada frase aporte al texto. Si no, siéntete libre de desecharla y reestructurar.
Escribir frases y párrafos cortos tiene doble beneficio. Primero, conviertes la experiencia de leer tus posts en algo más ligero y divertido, y por ende más deseable. Segundo, te ahorras tiempo y energía en completar el trabajo, que además será de mayor calidad y menos agotador para el público.
7. Nútrete de referencias populares
Los lectores disfrutan enormemente encontrando (y entendiendo) referencias, bien sea de cultura pop, de obras de arte, etc. Por lo que incluir algunos de estos “conectivos” con tu público objetivo es una excelente manera de fortalecer vínculos con tus lectores, y además crear un contenido que les resulte más agradable y placentero. Es un recurso maravilloso, pero no debe abusarse de él.
Lo importante, eso sí, es saber para quién estamos escribiendo y determinar las referencias en base a ello: no llegarás a ningún lado mencionando letras de Shakira si escribes para un blog de música clásica.
¿Qué os han parecido estos trucos? Si vosotros tenéis más, no dudéis en compartirlos en los comentarios ;)