Uno de los géneros más encantadores que tiene la literatura es el realismo mágico. Para muchos, este tipo de literatura es realmente joven en comparación con todas las otras tendencias que existen y contrario a lo que se pensaría inicialmente, este género dista mucho de la clásica literatura fantástica y épica, donde estamos acostumbrados a ver poderes sorprendentes por parte los hechiceros y aventureros: cosa que ya incluso deja de sorprendernos. ¡Ya sabemos para qué sirve la varita mágica y el villano de la obra siempre tiene ese clásico corazón oscuro y hasta la típica cicatriz en el ojo!
El realismo mágico, sí, parte de lo mágico pero lo barniza sobre la misma realidad para darle un tinte más esotérico, más misterioso, más dudoso de lo que es la vida misma: en este género ocurren cosas tan fascinantes como el mapa de un navegante encontrado en un baúl que tras ser tocado con la punta de las yemas del protagonista, le permite evocar todos los recuerdos de su vida pasada. De hecho, el libro Las Mil y una Noches, hubiese podido ser un gran exponente de este género, si el libro no estuviera tan saturado de tantos magos, nigromantes y genios maravillosos que desvirtuaban la naturalidad de la magia y el misterio mismo de la vida. No por nada, autores de realismo como Jorge Luis Borges o García Márquez, profesaron una enorme fe a este gran libro de cuentos árabes.
He aquí algunos trucos que pueden ayudarte para escribir excelentes narraciones dentro del género del realismo mágico:
Tratar el mundo con naturalidad
Esto es lo primero que tienes que tener en claro. Vas a jugar con la realidad y con la magia al mismo tiempo, para lo cual debes saber equilibrar bien las proporciones: ni demasiada fantasía ni demasiada cotidianidad. Lo que ocurre con este género es que es necesario forjar un universo donde existan sus propias normas y su propia alquimia.
Adereza ese mundo de sabor mítico y legendario
Una vez seas consciente de que no debes abusar ni de un lado ni del otro, haz que lo místico, lo espiritual, lo astral tomen forma y propiedad. Recuerda, vivimos en un universo repleto de misterios, como lo es la vida, la muerte, las galaxias, el infinito y los mismos sueños. Toma esos sentimientos y déjalos que se condensen en el papel.
Déjate fascinar con las probabilidades
Haz el ejercicio mental de pensar y jugar con tu imaginación: ¿Qué pasaría al despertar una mañana descubro en mis manos la rosa con la que he soñado? ¿Qué pasaría si pudiera comunicarme con un fantasma? ¿Y sí después encuentro una joya en mi casa que perteneció en otro tiempo al vecino difunto del barrio?
Lo inanimado cobra vida
Justamente, otro valor por el cual el realismo mágico triunfa es por su habilidad por darle vida a todo. Incluso los objetos se mueven por si solos o el peso de una roca puede aumentar toneladas cuando ella misma decide hacer respetar su autoridad y desafiar a ese proyecto arquitectónico de un nuevo edificio que, años más tarde para acabar de ajustar, terminará maldito y hará que sus huéspedes tengan la misma pesadilla.
Juega con lo inverosímil
En el realismo mágico siempre se está jugando con lo improbable de tal modo que el lector pueda verlos como creíbles por muy inverosímil que sean. “Dio un salto de cinco metros y se metió por la ventana. Luego miró hacia atrás y me sonrió”.
Personajes sencillos y llenos de secretos
Por lo mismo, tus personajes han de ser lo más humanos y mortales, aunque naturalmente llenos de un trasfondo delicioso de misterio. Aun si se trata de un vidente o un sacerdote con talento para realizar exorcismos, parte desde su condición terrena y traza una descripción que sea sustancial, sin la pretensión de impactar en el lector ese don formidable o esa rareza que lo hace singular. “En su brazo, el arañazo de la ultima bestia contra la que luchó en sus sueños”.
La exageración discreta
En el realismo mágico, las figuras literarias son un gran aporte para poder sazonar la realidad de ese sabor espeluznante y fantástico que desafía las leyes de la lógica. Así, si estamos descubriendo un retrato, podemos decir que: “su textura y los colores eran tan nítidos que nos daban la sensación de aquel niño nos imploraba que le diéramos un vaso de agua”.
Espero que os hayan gustado estos trucos y que llenéis Sttorybox de Realismo Mágico. Si tenéis alguna duda o sugerencia, no dudéis en dejar un comentario ;)